BCB: Construcción y minería, los más golpeados por la pandemia


Para el segundo semestre, el ente emisor señala que la incertidumbre se mantendrá porque la evolución del virus es la principal condición para la recuperación.


El Banco Central de Bolivia (BCB) identifica a las actividades económicas como la minería, la construcción, el transporte y almacenamiento, la industria manufacturera, el comercio de petróleo y gas natural entre las más afectadas por la pandemia del coronavirus (Covid-19).

Mientras que se espera que la agricultura y los servicios de administración pública y comunicaciones amortigüen las caídas.

“Después de casi 20 años, la actividad económica cayó en 5,6% en el acumulado a abril de 2020. La paralización total de las actividades económicas afectó a la mayoría de los sectores y el reinicio paulatino de algunas actividades solamente tuvo lugar en ciertas regiones”, señala el ente emisor en el Informe de Política Monetaria (IPM) julio 2020.

Enumera que entre los sectores que experimentaron mayores caídas están los minerales, la diminución se atribuyó a las cotizaciones bajas y a la menor demanda externa, en especial de China. Los principales minerales afectados fueron el zinc y el estaño, debido a la menor producción de las industrias automotrices y de construcción asiáticas.



De forma paralela, se presentó una menor oferta por la suspensión de actividades en San Cristóbal y Comibol, las cuales optaron por esta medida en resguardo de la salud de sus trabajadores, entre ellos la Empresa Minera Huanuni, que provocó una reducción en la producción de estaño (ver gráfica).

En el informe oficial señala que en el caso del sector de la construcción tendrá una caída importante a raíz de la menor inversión pública y privada.

“El débil desempeño de este sector se encuentra relacionado con la baja ejecución de la inversión pública por la reasignación de prioridades en el gasto fiscal y la menor inversión privada por la suspensión de actividades y las decisiones de portafolio en un contexto de menor demanda interna y externa. Considerando estos factores, se prevé una contracción del sector en 18%”, evalúa.

Sobre la industria señala que retrocedió en 6,5%, siendo el subsector de otras industrias el más afectado con una contracción mayor al 33% en las actividades de substancias y productos químicos, la de minerales no metálicos y la de manufacturados diversos.

Especifica que si bien los sectores de alimentos, bebidas y tabacos ayudarán a compensar la caída del sector de industria manufacturera, no obstante la suspensión de eventos sociales durante el año incidirá negativamente en la producción de bebidas alcohólicas y gaseosas.



El sector de petróleo crudo y gas natural registró una contracción principalmente por una menor demanda de gas en el mercado interno debido a la suspensión de actividades, la producción de gas natural promedio fue de 39,7 millones de metros cúbicos día (MMmcd), 6,6% menor respecto a similar periodo de 2019.

La contracción de este sector se agudizó por la desaceleración de la demanda externa de hidrocarburos a partir de febrero, en el caso de Brasil, y en abril para Argentina, como consecuencia de contracciones significativas en ambas economías. En general, este año se proyecta una contracción del sector del 12%.

En contraparte a los anteriores, el BCB resalta que la agricultura, silvicultura, caza y pesca se destacó por su excelente desempeño, pese a las adversidades climatológicas en los primeros meses del año y la aparición del Covid-19 en el país.

Registró una tasa de crecimiento acumulada del 5,35% a abril apuntalada por la producción pecuaria y agrícola no industrial. Si bien, la producción agrícola industrial mermó por las precipitaciones pluviales y sequías, pero sus efectos sobre el sector agropecuario fueron mínimos, especifica en el IPM.

En tanto que los servicios de la administración pública tuvieron un comportamiento positivo, que incluso llegó a compensar parcialmente la caída de la mayoría de los sectores de la economía.

El sector desarrolló una intensa actividad para enfrentar los efectos del Covid-19 y también se incrementó la planilla de trabajadores de salud para la atención en establecimientos públicos.



Las perspectivas

Durante el segundo semestre de este año, el ente emisor señala que la incertidumbre se mantendrá en niveles elevados, debido a que la evolución de la Covid-19 se constituye en el principal condicionamiento para la recuperación económica.

Incluso con la reciente reapertura de algunas economías, las previsiones son persistentemente inciertas. El surgimiento de rebrotes en diferentes regiones, algunos más significativos que otros, implica un retorno a la normalidad más lento e incluso pausado, anticipa.

También se prevé que la inflación cerrará en 1,7% y el Producto Interno Bruto (PIB) se prevé una contracción de 6,2%, aunque especifica que estas proyecciones no estarían exentas de riesgos.

Ante ello, el BCB anuncia que las políticas monetaria y cambiaria continuarán orientadas a mantener la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda, para contribuir al desarrollo económico y social.

“Las estimaciones de una inflación baja para la segunda mitad de 2020 dan espacio para que la política monetaria mantenga su orientación expansiva; mientras que la política cambiaria mantendrá la estabilidad del tipo de cambio para anclar expectativas y preservar la bolivianización de la economía, coadyuvando a la estabilidad y desarrollo del sistema financiero nacional”, indica el informe.



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