En el tiempo presente, con una pandemia que afecta la economía mundial, pero que castiga con mayor fuerza a países dependientes de su comercio exportador de materias primas, como el nuestro, indudablemente que la situación en tal contexto es sumamente álgida y obliga a buscar medidas de emergencia para conjurar una amenaza que disminuiría peligrosamente el rubro de ingresos para la sostenibilidad de la economía global del país.
Como si no fuera suficiente la corriente conflictiva que mostramos, hay otras y una que realmente molesta y merece soluciones radicales, según los analistas, es la que persiste en la Asamblea Legislativa con la acción de una atrabiliaria mayoría partidista que “bloquea” las gestiones crediticias alterando la delicada situación financiera del país. La prueba contundente de ese hecho se refleja en la negativa parlamentaria para aprobar importantes créditos provenientes de organismos internacionales, sumamente necesarios en el país.
No se puede desconocer la existencia de una caprichosa posición partidista que altera gestiones administrativas del Gobierno de Sucesión Constitucional, evitando el uso de recursos necesarios para mejorar las condiciones en los planes de salud, un sector en verdadera crisis, debido al olvido del anterior gobierno para mejorarlo y garantizar la salud de bolivianos y bolivianas.
Pero el otro elemento de mucha preocupación es el que altera los programas que deben ser puestos en marcha, para sostener el sistema productivo nacional en el tiempo presente. Se trata de la explotación de nuestros recursos no renovables, materias primas como hidrocarburos (gas) y la minería que sigue confrontando severas restricciones, más de orden táctico administrativo, que carencia de recursos financieros.
Hay un “bloqueo” premeditado dirigido a obstruir el uso crediticio para impulsar, claramente el sector minero, ahora disminuido ostensiblemente por las condiciones irregulares en que se manejaron empresas productivas como la Fundición de Vinto en Oruro, con efecto sobre los planes de rendimiento de los distritos mineros de Huanuni y Colquiri, poniendo en riesgo el sistema minero metalúrgico del país, como aseguran los expertos y también los dirigentes sindicales de las minas y la fundición.
Lo que se requiere en el tiempo actual, son decisiones de la cúpula ejecutiva del Gobierno, estableciendo ciertas prioridades, como el caso de la minería considerado como el sector estratégico productivo del tiempo presente y su proyección futura que debe definirse ahora, para emprender luego una selectiva definición de los planes a mediano y largo plazo que sean parte de las reformas estructurales que han propuesto nuevas autoridades de la minería
Se necesita limitar los conflictos y garantizar el desarrollo de actividades productivas en las minas y las fundiciones, elementos que no deben ser empañados y menos contaminados con las acciones políticas de un reducido segmento opositor al sistema de gobernabilidad vigente.
FUENTE La Patria
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