El oro chuto

El Banco Central anunció, alegremente, la decisión de comprar el oro producido por cooperativas para sumarlo a las reservas internacionales, ahora que han caído a niveles dramáticos, reflejando el déficit de la balanza comercial de cinco años.


Pero a último momento, el presidente del BCB, Pablo Ramos, anuncia que la operación podría tropezar con dificultades de carácter impositivo. Lo dijo con estas palabras: “Nosotros quisiéramos comprar cualquier cantidad de oro, porque eso tonifica nuestras reservas. Lo que pasa es que hay un problema que surge con los impuestos que se pagan y eso se tiene que resolver no al nivel del Banco Central, sino al nivel de otras instancias”.

La traducción de esto es un poco complicada. Ocurre que el Estado (plurinacional o no) de Bolivia no controla su territorio. Y ocurre que en el oriente, además de incendios alentados por decretos firmados por el presidente, hay “cooperativas” auríferas que son bolivianas sólo en apariencia.




En 2009, el ministro masista Mario Virreira pronunció una frase entre ingenua y sincera: “Qué raro. Bolivia produce 7 toneladas de oro, pero ha exportado 27 toneladas!”.

La diferencia, se supo después, viene de Perú. Allí la explotación de oro en los ríos amazónicos ha sido clasificada como “ilegal”, igual que en Colombia.

Pero el Estado plurinacional y multilingüe de Bolivia no se detiene en esos detalles. Las “cooperativas” que operan en los ríos amazónicos gozan de la ventaja de su nombre, que les permite violar las leyes de la minería en todo el territorio.

Y ahora se han asociado con chinos que llegan con sus dragas, recién traídas y autorizadas rápidamente por la aduana, y las instalan en los ríos amazónicos. El uso del mercurio, que en países vecinos está prohibido porque destruye la naturaleza, está permitido para estos depredadores asiáticos.

Además de todo esto, la producción de la “minería ilegal” peruana sigue llegando normalmente a Bolivia. Virreira tendría que decir ahora: “Qué raro, producimos 7 toneladas y exportamos 37 toneladas!!”




Ante esta realidad, el BCB dice que no puede ir adelante con la compra del oro de las cooperativas boliviano-chinas por dificultades impositivas. (Al Capone fue preso por “dificultades” impositivas).

Como este, hay muchos cortos circuitos en que la economía legal perjudica a la economía ilegal. Y cuando un gobierno está “entrambasaguas” choca con estos problemas.

¿Qué hacer? ¿Seguir con la aplicación de las leyes heredadas de las épocas en que se respetaban algunos principios que sobreviven en países vecinos, o admitir que esta es una realidad diferente en que “le metemos nomás”?

El problema es que las reservas del BCB están agotándose. Los autos chutos circulan libremente en el Chapare. El oro chuto ¿podría entrar en las bóvedas del BCB?

FUENTE El Diario

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