Políticas para la minería
107. Nuevo potencial de la minería. Pondremos en marcha un programa de exploración a partir de imágenes satelitales de media resolución (de acceso libre) y alta resolución y modelos de relieve para áreas de mayor potencial. Será implementado en coordinación con Comibol, Sergeormin y los gobiernos regionales y locales.
108. Una nueva visión del sector. Elaboraremos una estrategia nacional sobre la minería, con todos los actores del sector, para una reorientación en función de la demanda global de minerales, las reservas y depósitos de los diferentes minerales que tiene el país y las posibilidades reales de industrialización en el mediano y largo plazo, estableciendo responsabilidades y derechos de todos los actores involucrados (empresas, cooperativas, gobierno, sociedad).
109. Comibol. Recuperaremos la empresa nacional de los políticos y grupos corporativos que la controlan. Convertiremos a Comibol en una corporación competitiva y eficiente a cargo de un equipo gerencial y técnico de alto nivel.
110. Cooperativistas mineros. Realizaremos un censo sobre las cooperativas mineras y diseñaremos políticas de apoyo técnico y financiación para este sector.
111. Innovación en minería. Avanzaremos progresivamente hacia una política de exportación minera con valor agregado gracias a tecnologías de punta más eficientes y con significativas reducciones de contaminación. En la evaluación de los proyectos, incluiremos los costos socioambientales para evitar inversiones que nos dejen más pérdidas que beneficios.
112. Minería para la transición energética en el mundo. Se propone un programa de estudios de pre-inversión e inversión en la denominada “nueva” minería, que complementa a la industria de los autos eléctricos, priorizando proyectos de cobre, cobalto, tierras raras, e insumos que son utilizados en la industria de la cadena de valor de las baterías Ion Litio.
113. Apalancar recursos financieros y humanos mediante asociaciones público-privadas para la minería. Diseñaremos y aplicaremos modelos transparentes de cofinanciamiento de proyectos entre el sector público y privado, en los cuales se establezca claramente que los recursos naturales siempre han sido, son y serán de propiedad de los bolivianos.
114. Minería segura y controlada. Aplicaremos normativas y tecnologías para proteger a los trabajadores mineros (seguridad en puestos de trabajo). Asimismo, se diseñará y priorizará la normativa para el tratamiento de los pasivos de la minería, el uso de insumos y materiales contaminantes.
115. Evaluación de pasivos mineros. Se realizará una evaluación nacional de los pasivos mineros para desarrollar programas de mitigación y restauración de ecosistemas, donde se haga posible la prevención y contención de daños a la salud humana de poblaciones afectadas.
116. Transparencia en la industria de la minería. Crearemos las condiciones para que sea pública la información pertinente respecto a los criterios y parámetros financieros, económicos y técnicos sobre los que se estructuran los proyectos que son propiedad de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), así como las sociedades de YLB con empresas privadas.
117. Una estrategia boliviana del litio, consensuada y participativa. En contraste con la acción casi secreta del gobierno actual en torno al litio, convocaremos a un pacto productivo. Allí se diseñará de modo conjunto (gobierno central, regional y local, empresas, sector privado y población) una Estrategia Nacional de la Industria del Litio, que oriente al país sobre el verdadero potencial de esta industria.
118. La industria boliviana del litio en el mundo. En función a la estrategia, se promoverá la inserción de Bolivia en la cadena de valor global del litio, promoviendo relaciones de valor con las grandes empresas del mundo que producen autos eléctricos y otros productos de alto valor, donde el litio es el material principal. Esto incluye un rol protagónico de Bolivia en los grandes mercados del litio (Bolsa de Metales de Londres y la Bolsa de Shanghai).
119. Industrialización del litio. Bajo los lineamientos de la estrategia, industrializaremos el litio con tecnologías apropiadas que agreguen valor y minimicen los impactos ambientales sobre el entorno. El litio no debe convertirse en un nuevo extractivismo devastador, distorsionante de la economía y de la política, como consecuencia del clientelismo.
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