Mucho ruido y pocas nueces

Lo que está sucediendo con la minería es algo que preocupa profundamente porque se hacen grandes anuncios en torno a inversiones, pero no se observa ningún resultado positivo de las mismas, tanto así que en más de dos décadas no hay ni un solo proyecto nuevo que signifique diversificar la producción del sector con la incorporación de capitales, tecnología y por supuesto con la incorporación de personal, aliviando la desocupación, pero al mismo tiempo abriendo un canal de nuevos ingresos por la vía de utilidades, impuestos y regalías, porque esos son los beneficios que otorga la minería.


Se menciona que se han cumplido muchas entrevistas con representantes de varios gobiernos internacionales, así como con ejecutivos de empresas que han mostrado interés en algunos rubros del sistema productivo minero, pero por la información oficial, se trata del avance de acuerdos relacionados con el proyecto del litio en el salar de Uyuni, instalación de plantas y algún anuncio sobre transferencia de tecnología, lo que indudablemente sirve para avanzar en la industrialización del litio, pero lo que reclaman expertos en minería, es la disposición oficial para disponer fondos nacionales, ojala fuera en aproximación a lo que se aprueba para hidrocarburos y gas, de manera que con los mismos se pueda iniciar seriamente un amplio programa de prospección y exploración minera, de no ser posible esa alternativa, la otra debería ser la atracción de inversionistas, proporcionando las condiciones adecuadas para captar la atención de importantes empresas mineras, que aprovechan condiciones muy competitivas de los países vecinos.



Cuando se habla de inversiones en minería, la información de gobierno hace alarde de lo que se dispone para el litio o para el hierro, por supuesto en condiciones de abierta expectativa, pero lo que debería moverse con la misma importancia son los proyectos de "reactivación" de la minería que se vaya imponiendo en varios distritos, como parte de la diversificación de yacimientos que en cada caso, movilizarán recursos, gente y dinamizarán la economía minera, asegurando al sector privado nuevas inversiones y al sector estatal la puesta en marcha de nuevos yacimientos.

Está visto que el ridículo porcentaje que se dispone por ingreso de regalías para inversión en exploración minera, no sirve para tal fin, pues los productores mineros y las autoridades del ramo, saben que la minería necesita fuerte inversión y mucho tiempo para habilitar proyectos rentables, útiles y de común beneficio social. 

Mientras tanto quienes hacen seguimiento del asunto, coinciden en señalar que hasta el presente y en el avance de un segundo trimestre de la gestión, siguen los anuncios, muchos discursos, pero en los hechos no hay proyectos que se vislumbren como alternativas para reemplazar a los yacimientos tradicionales, que por ese beneficio natural y providencial siguen en operaciones.

Por supuesto que, sin disminuir en absoluto la estrategia financiera de los mega proyectos mineros, es necesario que se disponga parecido tratamiento a lo que se denominaría la "minería de renovación". Hay que disminuir el ruido y trabajar objetivamente.

FUENTE Perspectiva Minera

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