Se mencionan yacimientos importantes como el Amayapampa con reservas de oro o el de Mallku Khota recuperado por el Estado con una importante reserva de minerales.
Para ir por partes en este tema crucial para la minería estatal boliviana, considerando la necesidad de habilitar nuevos yacimientos para reemplazar a los tradicionales como el de Mallku Khota o ejecutar emprendimientos debidamente respaldados como el aurífero de Amayapampa, donde dicen que las vetas del metal precioso están a la vista.
En realidad se trata de dos casos, puede haber más pero no han sido identificados plenamente, por lo mismo es difícil mencionarlos porque todavía deberá correr mucha agua bajo el puente para que sean establecidas condiciones favorables para prospectar, explorar y en su caso explotar nuevas reservas mineralizadas.
Está comprobado que el sector minero privado, en función a sus inversiones y el cuidado tecnológico en sus concesiones alcanza niveles satisfactorios de producción, aunque no en todos los casos, pues hay situaciones en las que persisten presiones alentadas por "comunaríos que amenazan con avasallamientos" o simplemente alteran tareas productivas imponiendo condiciones al margen de las leyes y de la propia Constitución.
Los observadores coinciden al señalar que "la minería boliviana atraviesa una situación crítica, especialmente en el rubro de inversiones, propiamente nulas debido a la falta de condiciones favorables y reglas claras de juego que garanticen el movimiento de capitales en el medio minero para alentar nuevos emprendimientos".
Mallku Khota
En este caso hay que retroceder en el tiempo y recordar que dirigentes "originarios" de una zona potosina, se rebelaron contra la empresa que realizaba la prospección del yacimiento de Mallku Khota y un anuncio previo de la misma daba cuenta de la importancia del yacimiento, lo que despertó intereses "encontrados" entre algunos dirigentes de la comunidad, en busca de explotar por "cuenta propia", los yacimientos considerados propiedad de "la región".
Un movimiento de "organizaciones de base", presionó al Gobierno para que tome la decisión de retirar a la empresa South Américan Silver (SAS) que por entonces trabajaba en la prospección del futuro emprendimiento minero. Un anticipo en sus trabajos de evaluación, en algún momento del proceso, revelaron que Mallku Khota podía tener la capacidad productiva del yacimiento de mina San Cristóbal, ese habría sido el detonante de intrigas y de una lucha interna por lograr ventajas en el yacimiento, pero sin la empresa externa que fue obligada dejar sus operaciones, lo que se cumplió y derivó en un juicio de la firma canadiense contra el Gobierno nacional, demandando una indemnización de 385 millones de dólares.
El juicio se desarrolló en instancias de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya que emitió finalmente un laudo en el que reconoce los argumentos de Bolivia y establece una indemnización sólo de 18,7 millones de dólares a favor de la SAS, firma canadiense que esperaba cobrar más de 385 MM de $us. El fallo fue de beneficio al Gobierno nacional que evitó un millonario pago. Sin embargo los especialistas, concuerdan en señalar que un beneficio "ultra" de este proceso es el informe preliminar de la SAS sobre al potencial de Mallku Khota, anticipando una valiosa reserva de minerales que convertirán a ese yacimiento en una competencia con minas del sector mediano privado.
Se suma a estos informes un estudio de la Comibol dando cuenta que "los minerales contenidos en Mallku Khota tienen un valor superior a 8 mil millones de dólares", por supuesto una apreciación técnica preliminar que podría tener un resultado altamente favorable una vez que se complete la exploración y se defina la fase de extracción productiva. ¿Cuándo, es la pregunta del millón? Mientras tanto hay una lógica preocupación al no definirse la puesta en marcha de Mallku Khota, tomando en cuenta la prioridad de la CPE, sobre el uso de los recursos naturales en beneficio del país y de todos los bolivianos. Un asunto pendiente en la renovación y diversificación de la minería estatal.
Oro de Amayapampa
Otro proyecto es el aurífero de Amayapampa, en el que se cumplen algunas tareas de limitada explotación, pues por los datos conocidos se trata de una labor propiamente rudimentaria, por lo mismo de poco rendimiento efectivo.
En la historia de este yacimiento, se cuenta la tarea realizada con poca mano de obra y menos tecnología del propietario de la mina Estanislao Radic, en la provincia Bustillos del departamento de Potosí. Se trataba de un yacimiento de vetas de cuarzo y oro, que necesitaba de mucha inversión para aplicar cierto tipo de equipos para lograr la separación del oro y purificarlo. Por supuesto la intención no duró mucho y se buscaron soluciones compartidas, inicialmente con la Compañía Exploradora de Minas SA. (Cemsa) la que por su parte transfirió parte de sus acciones a la empresa canadiense Da Capo Resources que en el año 1994 anunció un emprendimiento de alto nivel para cuantificar el potencial de oro existente en sus vetas que debían ser trabajadas a "rajo abierto" e instalar un ingenio de flotación.
Pasaron varios años con actividades propiamente irregulares, lo que determinó incluso intervenciones de fuerzas militares para contener una serie de protestas de trabajadores y sus familiares.
Luego de frustrados intentos de sacar oro la Comibol en octubre del 2016 se hizo cargo de las operaciones en Amayapampa con sus 280 trabajadores é invirtió para instalar una planta de tratamiento de 200 ton/día, recuperación que otorgó algo así como 53 mil toneladas de oro de baja ley.
Lo evidente es que los mineros del yacimiento están trabajando en "las colas" de anteriores operaciones, lo que significa que no se desarrolla un proyecto técnico que explote oro en las vetas, se trata de un yacimiento en que se puede explotar "oro visible", un hecho que merece tratamiento especial, pues lo que preocupa es que el metal precioso "puede ser tomado por cualquier persona en una reducida cantidad pero de alto valor en quilates. Como ejemplo de lo que ocurre y no puede controlarse es que, "un cubito de oro de 1 cmt de lado puede pesar 1,93 gramos y cuesta más de 500 $us".
Por lo mismo Amayapampa merece un tratamiento especial que Comibol no está en condiciones de implantar. Pero recientemente la empresa Svarog, interesada en el yacimiento está trabajando en la oferta oficial que contempla experiencia, tecnología y condiciones propicias para invertir en Amayapampa. Los ejecutivos de Svarog, anticiparon que posiblemente este mes tengan lista su oferta de inversión, operación para la que demanda las suficientes garantías y seguridad jurídica que por su parte debe mostrar nuestro Gobierno.
Subsanando detalles burocráticos, es posible reactivar nuestra minería y por lo menos comenzar a operar seriamente los yacimientos de Mallku Khota y el de Amayapampa. El desafío es para Comibol.
FUENTE Perspectiva Minera
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