El caso Quiborax es un emblema de la forma autoritaria e irresponsable como funciona el gobierno del Presidente Morales. Veámoslo en una secuencia ordenada.
1.- Las acciones penales que el Procurador Pablo Menacho pide iniciarme por los supuestos e inexistentes delitos producto de mi decreto (DS) 27589 de 23 de junio de 2004 son inconducentes, porque el hecho ha prescrito superabundantemente, por lo que iniciar un proceso sobre la citada norma es ilegal.
2.- Pero ocurre además que el expresidente Eduardo Rodríguez abrogó el citado DS, mediante su DS 28527 de 16 de diciembre de 2005. Abrogación quiere decir que la norma se extingue, desaparece, deja de existir jurídicamente, quedando vigente y sujeto a las consideraciones judiciales pertinentes, sólo el citado DS 28527 y no el que yo dicté.
3.- En la hipótesis de que, a pesar de los dos puntos anteriores la Procuraduría decidiera insistir en su acusación, debe quedar claro que los defectos de forma fueron totalmente subsanados en mi gobierno mediante la Resolución Administrativa de 28 de octubre de 2004, dictada por la Superintendencia de Minas (SM) que anuló todas las concesiones adjudicadas a Non Metallic Minerals (NMM)-Quiborax. Por si esto fuera poco, el DS de Eduardo Rodríguez que abrogó mi DS, reconoció la plena legalidad de la anulación hecha por la SM, subrayando que esa Resolución causaba estado. Por esa razón Bolivia llegó con toda su normativa saneada ante cualquier reclamo de NMM-Quiborax.
4.- Antes de iniciar formalmente el proceso arbitral en el CIADI, Bolivia y NMM-Quiborax habían llegado en 2008 a un acuerdo de conciliación por el que Bolivia se comprometió a pagar 3 millones de dólares a la empresa como compensación por la anulación de sus concesiones. Acuerdo que consta en el numeral 10 de la "Decisión sobre Medidas provisionales" dictado por el Tribunal Arbitral del Ciadi. Sin embargo, el 14 de enero de 2009 NMM-Quiborax comunicó al Tribunal que Bolivia se había retractado del citado acuerdo lo que le causó al país, tras el pago realizado en 2018, una pérdida de 39,6 millones de dólares.
5.- Los propietarios de NMM-Quiborax, Allan Fosk propietario chileno de Quiborax y David Moscoso accionista de NMM y otros, falsificaron el acta de constitución de la empresa. Esa falsificación alteró su composición accionaria. El documento falsificado indicaba que NMM tenía una mayoría accionaria chilena, lo cual era falso. Tal delito era imprescindible para poder presentar una demanda de arbitraje ante el Ciadi, amparándose en el Tratado de protección de inversiones suscrito entre Chile y Bolivia. El citado delito fue reconocido expresamente por David Moscoso en el proceso penal abreviado, que el 14 de agosto de 2009 lo condenó a dos años de cárcel por uso de instrumento falsificado. A pesar de la gravedad del delito que contaminó de nulidad absoluta todo el proceso arbitral desde la presentación de la demanda, Bolivia no logró la extinción de este proceso viciado.
6.- El 16 de septiembre de 2015 el Tribunal falló en contra de Bolivia, exigiéndole un pago de 48,6 millones de dólares a favor de NMM-Quiborax. Bolivia pidió la anulación del fallo por vicios de fondo. Pero, increíblemente, cuando todavía no se conocía si el Tribunal anularía o no su decisión, como consta por los documentos de la Procuraduría que dirigía entonces Héctor Arce, el 4 de agosto de 2016, casi dos años antes de la ratificación del fallo del Tribunal que se conoció recién el 18 de mayo de 2018, autoridades de la Subprocuraduría, lado a lado con abogados y funcionarios chilenos de NMM-Quiborax, negociaron y redactaron el desistimiento de Bolivia y de la Fiscalía boliviana, y el proyecto de sentencia de sobreseimiento de Allan Fosk y otros en el juicio penal por la citada falsificación del Acta constitutiva de NMM, además de un proyecto de acuerdo final de compensación a favor de NMM-Quiborax. Estos hechos insólitos prueban que, en connivencia con extranjeros, el Órgano Ejecutivo, vulnerando la independencia de poderes, negoció y redactó documentos que son potestad exclusiva del Órgano Judicial.
7.- Finalmente, tras esta sucesión de irregularidades y desatinos en la defensa de Bolivia, el 7 de junio de 2018 el Ministro de Minería, César Navarro y el Procurador Pablo Menacho, le pagaron a NMM-Quiborax 42,6 millones de dólares, generando un grave daño al Estado. Nótese que de acuerdo a la fraudulenta composición de NMM, ¡el falsificador confeso David Moscoso es dueño del 49 % de sus acciones, por lo que recibirá 20,8 millones de dólares del Estado que lo condenó a dos años de cárcel!
En toda esta vergüenza, debe tomarse en cuenta que NMM invirtió menos de un millón de dólares en sus concesiones en el Salar de Uyuni, carecía de estudios técnicos y geológicos que probaran su expectativa de explotación, no contaba con un plan de inversiones sólo posible como resultado de los estudios anteriormente citados y, en consecuencia, no podía presentar un plan temporal de explotación de los yacimientos que demuestre aspectos referidos al lucro cesante y daños y perjuicios consiguientes.
La combinación del delito flagrante de falsificación del documento madre del proceso y la simple presentación de un flujo de caja, hacían inverosímil el reclamo de la cifra astronómica que le exigieron a Bolivia y la que, como producto de tamaña irresponsabilidad del Ministerio de Defensa del Estado y de la Procuraduría, Bolivia acabó pagando.
Haciendo honor a su modo habitual de proceder, el gobierno quiere enterrar su irresponsabilidad endilgándome a mí el "muerto". Busca así un doble resultado: eximir su daño al Estado y eliminar a una figura política relevante en un escenario electoral ficticio, que se basa en la ilegal postulación del primer mandatario a un cuarto periodo presidencial.
Escrito por Carlos Mesa
FUENTE La Patria
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