Inversiones mineras son necesarias pero se dejan esperar en nuestro país



Mientras los países vecinos consolidan grandes convenios de inversión, en el nuestro seguimos esperando normativas que otorguen seguridad e incentivos
Muchos artículos se han publicado sobre el tema, varios expertos han opinado en materia de financiamiento para nuestra minería coincidiendo en la necesidad de atraer capitales externos para fomentar los planes de prospección y exploración de nuevos yacimientos, precisamente en áreas en las que preliminarmente se han dado ciertas condiciones propicias para implementar prospectos mineros de largo plazo y alta rentabilidad.

Sin embargo, por una serie de detalles, más de orden interno que algunas condiciones presumiblemente de presión externa, varios inversionistas extranjeros no han podido consolidar sus ofertas y poner en práctica sus actividades de orden financiero ante la ausencia de normas legales para tales emprendimientos. Eso resulta una de las causas más visibles, en ciertos procesos ya avanzados incluso con visitas y entrevistas de empresarios extranjeros.

UNA LEY INOPERABLE

El 28 de mayo del 2014, en un acto cumplido en la Gobernación de Oruro, el Presidente en ejercicio
en esa fecha, Álvaro García Linera, promulgó la Ley Nº 535 de Minería y Metalurgia, anticipando que "con este instrumento trabajaremos en el país para proyectar la minería, hacia nuevos derroteros", lo que no sucedió porque sencillamente en más de tres años, no se elaboró su reglamentación y tampoco se logró "actualizar", por así decirlo, un nuevo sistema tributario minero, cuya responsabilidad se atribuyó el ministerio de finanzas, pero incumplió totalmente ese importante detalle que debe ir conexo a la Ley y que definirá las condiciones en que se desenvolverán los inversionistas, en función a las reglas de juego que sean propiciadas por el Gobierno para impulsar la minería y la metalurgia en nuestro país.

Algo que se considera importante, es actualizar la otorgación porcentual del ingreso de regalías a favor de las gobernaciones, de modo que el ínfimo porcentaje destinado a fines de exploración sea elevado en las condiciones que hagan factible desarrollar proyectos importantes para habilitar nuevos yacimientos, a través del Sergeomín que contando con personal especializado y las mejores posibilidades técnicas, está impedido de realizar actividades porque simplemente no existe la normativa que facilite el movimiento de recursos y cuentas de manera legalmente operable. Algo increíble, pero evidente.

Mientras no existan estas condiciones elementales, es muy difícil atraer inversiones, cuando los interesados no saben, desconocen las condiciones de operabilidad para introducir sus capitales y para emprender planes de exploración y explotación minera, complementadas con transferencia de tecnología y el uso de nuevos equipos y maquinaria pesada, que ya son parte de gigantes planes, por ejemplo en el caso del Perú, también en Chile y la Argentina, donde sube la competencia y se amplían las áreas de producción minera, pero no en el caso boliviano, donde se carecen de normativas apropiadas para dar seguridad a los inversionistas.

ESTAMOS EN EL VAGÓN DE COLA

Lo que preocupa es que en el ministerio del ramo y en la burocrática empresa estatal minera, no se avanza en soluciones concretas sobre el tema, es decir más apropiadamente en la búsqueda de completar la ley 535 con todos los elementos que le faltan y algunos otros que según se dejó traslucir, deben ser actualizados y modificados en función a las exigencias de una minería más emprendedora y competitiva, de lo contrario la minería nacional seguirá en el último vagón del tren productivo.

Una ex autoridad del ministerio de minas, opinando sobre la materia, lamentó que el Gobierno no tenga proyectos atractivos en minería o metalurgia, fuera de los que se arrastran desde periodos anteriores y que no pueden consolidarse por falta de políticas y decisiones concretas que están ausentes en los lineamientos del sistema productivo nacional, pese a ser reconocido el potencial mineralógico esparcido a lo largo y ancho del país.

Cuando se toman ejemplos del avance minero en otros países, hay casos que realmente sorprenden, como el de Argentina que cambiando su tradicional fuente de divisas por la exportación de carne, incursionó en la minería y ahora este rubro productivo se perfila como el más importante para ese país, tomando en cuenta sus reservas de litio que lo ubican en un lugar preponderante entre los productores mundiales del "oro blanco".

Hay otros casos, como los de Ecuador y Colombia, en el primer caso sosteniendo mínimos programas productivos, hasta que inversionistas especializados mostraron las condiciones favorables de entrar en la minería de alta rentabilidad. El caso de Colombia, que también pasó de la extracción de piedras preciosas a la otra minería diversificada con hallazgos de importantes yacimientos que ya están en los planes de exploración y otros en fase de explotación incorporándose ese país en la competencia aurífera mundial.

Hay que mencionar necesariamente al Perú, cuyo gobierno desde el inicio de su gestión, dispuso atención especial a la actividad minera, implementando políticas abiertas para la atracción de capitales y el desarrollo de grandes proyectos, uno de los principales y con resultados alentadores es que elevó su rendimiento productivo de cobre hasta situarse en el mismo nivel del tradicional exportador de cobre, Chile, que ahora se ocupa de ampliar sus planes de exploración para seguir liderando la venta de ese mineral en el mundo.

LAS RESERVAS MINERALES

En la actualidad se consideran importantes los centros de la minería tradicional porque los mismos
pese a su intensa extracción de concentrados aún poseen grandes cantidades de estaño, es el caso de Huanuni y Colquiri, pero también de otros centros como Japo, Bolívar, Chorolque y otros, que de acuerdo al Sergeomím, tienen perspectivas de seguir nutriendo, en este caso las necesidades de la Metalúrgica de Vinto ( Cuadro adjunto).

En cuanto a otras reservas minerales, aún se trabaja en definir cantidades y los estudios que demanda ese objetivo implican también ciertas inversiones que deben aprobarse para tener más adelante una cuantificación real de lo que tiene la minería estatal en los yacimientos de esas minas que comenzaron a ser explotadas por los barones del estaño.

FUENTE Perspectiva Minera

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