Mallku Khota La mina y el vuelo de los cóndores

En el pueblo potosino hay un proceso internacional en marcha, una mina que no se activa y siete ayllus que temen que, cuando empiece, la explotación contamine sus cosechas.

Es un recuerdo:  la cosecha abundante, el rico yacimiento; un recuerdo diferente para cada uno: la llegada de los "gringos”, las balas en el campamento y la marcha. Mallku Khota (Lago del Cóndor, en aymara), el pueblo incrustado en lo  alto de las montañas potosinas, es ahora una pausa -tiempo congelado- para un centenar de mineros que acarician la veta que no explotan y 80 familias de comunarios que ven mermar la laguna en la que ya no vuelan los cóndores. 

Entre 2003 y 2008, la empresa canadiense South American Silver se adjudicó sin consulta previa la explotación de los yacimientos de indio, galio y plata del pueblo potosino de Mallku Khota. En 2012, temiendo las consecuencias ambientales de la anunciada explotación a cielo abierto, los comunarios se levantaron y a costa de sangre lograron que el Gobierno revierta la concesión y expulse a la transnacional. 

Hoy, cinco años después, hay un proceso internacional en marcha, una mina que no se activa y siete ayllus que temen que, cuando empiece, la explotación afecte sus cosechas. La laguna, dicen, se reduce.

pueblo  de altura

"Antes la laguna era más grande; ahora ya no tiene ni peces. ¿Dónde siempre se irá el agua?”, se pregunta doña Martina Choque. Es quizás la habitante más antigua de Mallku Khota; no lo sabe, pues nunca tuvo papeles que den cuenta de su existencia. 

Sus recuerdos de al menos ocho décadas se remontan a los cerros en los que siendo niña pasteaba ovejas y cosechaba papa. Su pueblo ahora alberga a 80 familias. "Antes sólo había tres casitas y la gente venía a veces desde los ayllus para trabajar en las minas”. Eso sí, mineros siempre hubo.

Mallku Khota debe su nombre a la montaña más alta de la serranía que también ha bautizado a la mayor de las cinco lagunas de agua dulce de la región. Los habitantes repiten la historia que escucharon de sus padres y éstos de sus abuelos: Era tan pura esa agua de altura que hasta allí llegaban los mallkus para saciar su sed, de ahí el nombre aymara del pueblo que traducido al castellano significa Lago del Cóndor. 

Un camino serpenteante y polvoriento conduce a Mallku Khota desde el pueblo más cercano: Chiruqasa. Son dos horas de ascenso continuo hasta llegar a los 4.000 msnm. La comunidad se ubica entre los municipios potosinos de Sacaca y San Pedro de Buena Vista. Forma parte del ayllu Sullk’a Jilaticani, que tiene el título de Tierra Comunitaria de Origen (TCO). 

Un letrero da la bienvenida: "Hacia una minería con altura cuidando tu medio ambiente y tu seguridad”. Al lado, un puesto militar con cuatro conscriptos y a lo lejos, una columna de mineros  con guardatojo que avanza hacia el campamento.

Mallku Khota posee recursos estratégicos: sus cinco lagunas alimentan las vertientes que dotan de agua a todo el norte de Potosí.  Es el agua la que ha fertilizado esta tierra de altura, transformando el inhóspito altiplano en cálido valle generoso en sus cosechas. La comunidad tiene además yacimientos de plata, indio y galio -los más ricos del hemisferio occidental, según estudios de  la South American Silver- y, como si la Pachamama no fuera suficientemente generosa, también
cuenta con vetas de oro.

"Tener tantas cosas es también maldición. A Mallku Khota le han envidiado sus minerales  y desde la Colonia han venido a quitarnos. Últimamente se los han querido llevar  los de la empresa  y ahora tenemos miedo por nuestra agua”, sentencia Andrés Chajni Fábrica, comunario y minero. 

Antes de llevar el guardatojo sobre el ll’uchu fue uno de los partícipes de la marcha que en 2012 llegó a La Paz exigiendo la nacionalización de la mina. "Hemos tenido un muerto y hartos heridos pero hemos logrado que la empresa se vaya y que la Comibol nos dé trabajo. Sólo que ahora no sabemos qué va a pasar”.

Mineros en pausa

 "Los mineros nos encontramos preocupados porque no hay un avance como ha tenido que ser.

Hasta hoy no estamos haciendo nada, aunque nuestro Presidente   ha ordenado en distintas oportunidades que Mallku Khota tiene que entrar en producción”,  enfatiza Reynaldo Berna. 

Es el dirigente del sindicato de trabajadores mineros de Mallku Khota, que  agrupa a 115 mineros  y todos exigen que comience ya la explotación del yacimiento. Advierten con realizar bloqueos y otras protestas.

Cuando la South American Silver se fue de la zona, en 2012, la Comibol asumió la explotación de la mina. Cumpliendo el convenio firmado tras las movilizaciones, la estatal contrató a comunarios  de las cinco regiones del ayllu Sullk’a Jilaticani. Se sumaron los experimentados mineros que habían luchado por la nacionalización.

Cada mañana, antes de las 7:00, un centenar de mineros -con guardatojos, panocas, botas de goma- se presentan en el campamento. Después se distribuyen en grupos en el sector denominado Imcrom, cerca de la laguna principal. Allí se ha construido una bocamina alrededor de una zanja enorme rodeada de herramientas y cables. Todos los días, estos obreros de la tierra mueven taladros, mascan coca, remueven tierra, "avanzan” pero no explotan la veta.

"El Gobierno se ha olvidado de este sector  y es un perjuicio. La Comibol está tardando mucho pero nosotros vamos a pelear hasta que Malku Khota pueda ponerse de pie”, enfatiza Berna con la experiencia de 33 años de trabajo en las minas. 

 A su alrededor, sus compañeros -hombres curtidos y duros- coinciden: "Déjennos ya trabajar”.

 "Esta mina es tan rica que puede mantener a toda Bolivia”, asegura el minero Benito Candariz.  

Por lo menos medio centenar de los mineros son originarios de los ayllus de Mallku Khota.

Después del conflicto lograron un contrato con la Comibol y paralelamente trabajan la tierra. Ellos también piden atención del Gobierno:

"Queremos tener una fuente laboral todos los ayllus no unos pocos nomás. Que nos atiendan nuestras peticiones como pueblo originario indígena de la comunidad. Esperamos los cinco años y  no hay resultados, nos han puesto de lado. Existe la marginación, la discriminación”, reclama Andrés Chajni Fábrica, nacido en Mallku Khota hace 41 años en una familia enraizada desde tiempos inmemoriales en la región. Fue productor toda la vida y desde hace cinco años también es minero. 

Sobre las razones de la tardanza en el arranque de Mallku Khota, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) señala que no se quiere detener el proceso internacional contra la la South American Silver.

"Tenemos una comunicación de la Procuraduría General, en la cual, si bien nos autorizan iniciar trabajos, pero también nos indican que puede haber algún problema que puede perjudicar en el juicio internacional que tiene la empresa; entonces de esa forma es que se ha tenido que detener el arranque del proyecto de Mallku Khota”, explicó el Presidente Ejecutivo de la Comibol José Pimentel Castillo.

Comunarios en alerta

La explotación a cielo abierto del yacimiento de Mallku Khota significaría la contaminación de las lagunas que son nacimiento de las fuentes hídricas para toda la región de los valles potosinos, según varios estudios. Otro riesgo asociado es el manejo de residuos.

"Preocupados estamos”, expone Zacarías Choque, que ha llegado en moto, ataviado con chaqueta y ll’ucho tradicionales del ayllu norte potosino. Tiene 25 años, tres hijos, el cargo de autoridad comunal y una incertidumbre: "¿Qué va a pasar con las lagunas cuando empiece la explotación?”. 

Como todos en el pueblo, Zacarías es trilingüe y pasa cómodamente del aymara al quechua y de éste al castellano. "A la fuerza hemos aprendido”, comenta y recuerda que en su niñez caminaba cinco horas dos veces a la semana para ir y volver del municipio de Sacaca. 

Allí había una escuela-internado, donde iban todos los varones de su comunidad. Por eso pelearon todos por una escuela para Mallku Kotha. Ahora hay una que tiene dos profesores para 200 alumnos y "no es suficiente”.

"El principal problema que tenemos son los desastres: la helada. Este año poca producción tenemos”, comenta la autoridad originaria. En la altura, las comunidades de Mallku Kotha producen papa, avena,  haba, arveja y oca. 

"Ahora no hay explotación minera pero más adelante va a perjudicar  al pueblo, al distrito indígena Mallku Khota y a sus siete comunidades. El  lago se puede secar, ya cada año retrocede seis metros. Estamos de acuerdo que trabaje la mina pero pedimos al Gobierno que nos ayude, que nos dé una indemnización”, solicita Choque a nombre de los comunarios que representa.

Para la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), que administra la mina después de la nacionalización,  no hay ningún riesgo  por la sencilla razón de que aún no hay ninguna explotación. En su momento, anuncia, se hará  un estudio ambiental. 

"Una vez que iniciemos los trabajos de preparación del proyecto a diseño final, vamos a ver qué procesos se va aplicar al yacimiento y en función a eso, se tiene que presentar ante el ministerio correspondiente el impacto ambiental y el permiso social que va a significar el desarrollo de este yacimiento”,  dice la respuesta oficial firmada por el presidente ejecutivo de la Comibol, José Pimentel Castillo y el gerente técnico y de operaciones,  Alfredo Contreras Paz.  

"Ha habido pequeños problemas; sin embargo, todo se está superando gracias a la comprensión de los mismos trabajadores de la empresa”, añade la respuesta. Recalca que es el juicio internacional el que retrasa las operaciones en el yacimiento.

En este pueblo todos esperan: unos que empiece la explotación minera; otros que el agua no se agote y con ella,  las cosechas y el futuro. En los últimos años, ningún habitante de Mallku Khota ha vuelto a ver un cóndor… nunca más.

 el riesgo ambiental

Después de su expulsión de Mallku Khota, en 2012, la South American Silver cambió de nombre a TriMetats Mining Inc. En su página www.trimetalsmining.com se encuentra, con paciencia, el estudio exploratorio que realizó a la mina norte potosina en miras a la explotación que nunca hizo.

El plan establecía  la apertura simultánea de cuatro pits (o grandes tajos) en el cerro Mallku Khota para extraer 40.000 toneladas diarias de material para su procesamiento.

 "Esto implicaría no sólo la destrucción del cerro mismo, sino de las lagunas que además de ser fuentes de agua  constituyen lugares sagrados y al menos una de ellas resultaría ser una naciente de agua”, sostiene el estudio "Mallku Kotha: Breve cronología del conflicto minero de Georgina Jiménez y Jorge Campanini.

"Estas lagunas son esenciales para la producción agrícola de las poblaciones aguas abajo. Su desaparición implicaría cambios y efectos no previstos en el sistema ecológico e hídrico y, desde luego, consecuencias en las condiciones de producción agropecuaria de las comunidades. Otro impacto es el asociado a la generación de residuos”, asegura la investigadora Patricia Molina en el estudio Extractivismo, territorio y conflictos en Bolivia.

Según su  informe, la empresa canadiense preveía generar un promedio de 25 millones de toneladas de residuos por año.  "Lo que supone que luego de 15 años este proyecto dejaría en la zona cerca de 375 millones de toneladas de desechos que, junto con sus instalaciones, requerirían la ocupación de  suelos, de donde desplazarían a las poblaciones”, añade.

Indígenas ante la amenaza

Cinco periodistas armaron mochilas y se aventuraron hacia las entrañas de Pilón Lajas, Madidi y Tacana II (La Paz), Aguaragüe (Tarija), Iñao (Chuquisaca) y Mallku Khota (Potosí) para recoger la voz de sus habitantes y desentrañar los peligros que se ciernen sobre el hogar de estos pueblos indígenas. 

Este es un trabajo periodístico de Página Siete, La Pública, Los Tiempos, Correo del Sur y El Potosí.

La lucha por la nacionalización

El 5 de mayo de 2012, la maestra Sonia Sacará despertó en la madrugada y no por el frío de ese invierno. "Los gritos nos asustaron. No entendíamos qué era”. La primera intervención a Mallku Khota, eso era. 

A pedido de la South American Silver, un contingente policial iba tras las autoridades originarias para detener una protesta que crecía. Días antes, la comunidad se había levantado en contra de la intención de la transnacional de iniciar la explotación  a cielo abierto.

El sol tardó en despuntar ese 5 de mayo y cuando lo hizo la Policía ya había retrocedido y los comunarios retenían a un efectivo. Fue el primero de varios, incluidos funcionarios de la empresa, en los siguientes tres meses. 

 El 28 de mayo, los comunarios de Mallku Kotha, con apoyo de la Conamaq, inician una marcha hacia La Paz exigiendo al Gobierno la anulación de la concesión minera a la South American Silver,  la liberación de los dirigentes detenidos, y "la paralización de toda actividad extractivista en los territorios indígenas  donde existan conflictos socioambientales”.

La marcha parte de Mallku Khota el 28 de mayo y llega a la sede de Gobierno 11 días después. El 8 de junio de 2012, cientos de potosinos, vestidos con ponchos, ll’uchos y chaquetillas son reprimidos con gases lacrimógenos y agua del carro Neptuno en su intento de instalar una huelga en  la Vicepresidencia paceña. Los enfrentamientos dejan cinco policías heridos y  dirigentes indígenas detenidos.

El 5 de julio, un nuevo intento de intervención policial a Mallku Khota deja el saldo de cuatro comunarios heridos y uno muerto por impacto de bala: José Mamani, de 45 años.

 Hay más protestas y  el Presidente se reúnen con los comunarios. El resultado es el acuerdo de la reversión de la concesión de la empresa American Silver y su "nacionalización”. 

El 1 de agosto de 2012 se  promulga el DS 1308 que revierte las concesiones mineras de la  South American Silver en Malku Khota sin compensación. Al año siguiente la transnacional demanda al Gobierno; el proceso continúa.

La riqueza  de la veta

Estudio   South American Silver  estableció en 2012 que las reservas  del proyecto Mallku Khota "alcanzan a 230 millones de onzas de plata y 1.481 toneladas de indio, y un recurso inferido de 140 millones de onzas de plata y 935 toneladas de indio”.

Proyección  Planteaba la explotación a cielo abierto para "recuperar un conveniente porcentaje de recuperación al 73.6% en el caso de la plata, 81% en el indio, 26.9%, en el galio, 84.8% en el cobre, 51.1% en el plomo y cerca del 62% en el zinc.

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