En los últimos años, el sector minero en Bolivia ha superado al de hidrocarburos como la principal fuente de divisas para el país. Según datos del Ministerio de Minería, en 2022 las exportaciones mineras alcanzaron los $6.688,9 millones, una cifra que iguala la producción proyectada del campo hidrocarburífero Mayaya 1 para sus diez años de vida útil.
Este incremento en las exportaciones de minerales refleja una tendencia creciente, donde el valor de la minería ha sido fundamental para la economía boliviana, mientras que los hidrocarburos han mostrado una disminución progresiva. El economista Atila Larico señala que, entre 2021 y 2023, la minería representó 1,9 veces el Producto Interno Bruto (PIB) hidrocarburífero del país.
Un análisis de la Unidad de Análisis y Política Minera indica que la minería informal ha relegado la participación de la minería privada al 36% de la producción total, mientras que la minería estatal apenas contribuye con un 6%. A pesar de estos desafíos, el sector minero privado es responsable de atraer inversión, generar divisas y aportar el 86% de las exportaciones de minerales del país.
A diferencia de la minería informal, la minería formal en Bolivia no solo contribuye con impuestos y regalías, sino que también crea empleos de calidad bajo estrictas regulaciones ambientales y laborales, lo cual beneficia al desarrollo económico y social del país.
En resumen, la minería se ha consolidado como el sector líder en generación de divisas para Bolivia, reemplazando a los hidrocarburos y destacándose en la economía nacional por su alto impacto en las exportaciones y el Producto Interno Bruto. Este fenómeno evidencia el potencial de crecimiento del sector, siempre y cuando se implementen políticas que promuevan la formalización y regulación adecuada de la actividad minera.
Fuente: Diario Energético
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