La empresa suspendió operaciones en febrero por mantenimiento programado; luego, a fines de marzo, se detuvo la producción por la cuarentena y ahora se busca resguardar la salud de sus trabajadores.
La Empresa Minera San Cristóbal registra su tercera paralización de operaciones en lo que va de este año, el primero fue por un mantenimiento programado y los otros dos por la pandemia de la Covid-19, que afecta no solo a la firma japonesa, sino a todas las actividades económicas del país.
La Gobernación de Potosí señala que el 60% de sus ingresos provienen de la compañía japonesa y que por día que esté sin operación o que dejen de exportar dejan de percibir regalías alrededor de un millón de bolivianos.
“(…) Minera San Cristóbal informa la suspensión de operaciones desde el lunes 24 de agosto para precautelar la salud y la vida de los trabajadores, el personal de las empresas contratistas y los habitantes de las comunidades aledañas a la operación minera”, señala en un comunicado publicado ayer.
El Sistema de Salud de Minera San Cristóbal informó que desde el 1 de mayo hasta el 9 de agosto se realizaron 8.093 controles a sus trabajadores, de los cuales se identificaron 168 casos sospechosos por la Covid-19, de los cuales 23 están en estudio; 104 han sido descartados y 41 casos están confirmados por prueba PCR.
A la fecha, de los 41 positivos, 27 aún están activos (22 asintomáticos y cinco con sintomatología leve) y además hubo un fallecimiento, señala la nota de prensa.
La empresa agrega que un grupo reducido de personal resguardará las instalaciones del principal emprendimiento minero del país y uno de los yacimientos de zinc, plomo y plata más grandes del mundo, ubicado en el municipio de Colcha K, en Potosí.
En el Informe de Política Monetaria (IPM) julio 2020 del Banco Central de Bolivia detalla que durante los primeros cuatro meses de este año el sector minerales metálicos y no metálicos registró una caída significativa y se contrajo en 33,4%, a causa de fuertes retrocesos en la producción de zinc, plomo, plata y estaño que registraron caídas de 36,8%, 34,3%, 30,9% y 19,1%, respectivamente.
“La Empresa Minera San Cristóbal, principal productora de los tres primeros minerales mencionados, efectuó un paro de mantenimiento programado en febrero y a finales de marzo suspendió actividades por la cuarentena por la Covid-19; en consecuencia, la producción de la empresa fue nula en abril”, señala en el informe oficial.
El reporte de los paros fue confirmado por el secretario de Minería de la Gobernación de Potosí, Elías Choque, quien dijo que el departamento concentra sus ingresos en las operaciones mineras que realiza principalmente la compañía de capital japonés, que ahora decidió parar por tercera vez para evitar mayores contagios.
“La minera San Cristóbal es una de las empresas más grandes de Potosí, el aporte por concepto de regalía minera es un 60% que tenemos como Gobernación. Con las diferentes paralizaciones que ha tenido esta empresa en febrero, en abril y en julio que dejó de exportar durante cinco días debido a que en el lado chileno hubo descarrilamiento de la vía, todo eso nos afecta directamente y ahora nuevamente suspendió sus actividades”, afirmó Choque.
En ese contexto mencionó que por la paralización o la no exportación de minerales por un día desde San Cristóbal se pierde alrededor de un millón de bolivianos, que impacta en la ejecución de los diferentes proyectos que tiene planificado como Gobernación.
Por ejemplo, mencionó que por esos cinco días de inconveniente para exportar, en el mes de julio sólo registraron recaudaciones por 30 millones de bolivianos, monto inferior en cinco millones comparado con los 35 millones que se obtuvo en junio anterior.
De acuerdo con las cifras de la Gobernación, las regalías recaudadas entre enero y julio de este año alcanzaron un total de 206 millones de bolivianos, cantidad inferior a los 376,4 millones obtenidos en similar periodo de 2019, es decir un 45,3% menos (ver gráfica).
Para el exministro de Minería Jorge Espinoza todo paro es nocivo para cualquier empresa, sin embargo, San Cristóbal con el objetivo de proteger la salud y la vida de sus trabajadores ha anunciado la paralización de sus actividades por segunda vez por la pandemia de la Covid-19.
“San Cristóbal es de lejos la empresa más grande de la historia minera del país. Por ello, cualquier paralización tiene fuertes consecuencias económicas para el país por el pago de impuestos y la generación de divisas para el departamento de Potosí, que recibe importantes ingresos económicos por las regalías mineras”, analizó el experto.
Según sus estudios, si bien son del periodo 2010-2015, y que ahora seguramente se han incrementado, en los seis años San Cristóbal pagó por regalías aproximadamente 268 millones de dólares, que representó el 31% del total recaudado en el país.
En el caso de impuestos, canceló alrededor de 346 millones de dólares, que significó el 36% de los tributos pagados por la minería. El valor de exportación de San Cristóbal fueron unos 5.168 millones de dólares, el 26% del total vendido.
“Para depender menos de los precios de los minerales, se necesitan nuevas operaciones mineras con tecnología de punta, para lo que se requiere con urgencia atraer inversión extranjera, que no hay en el país desde hace más de una década y no la habrá en el futuro, porque se cambió el sistema de concesionamiento por el de derechos mineros, lo que resulta un sistema tributario poco competitivo y se anuló el arbitraje internacional”, consideró.
En su criterio, para corregir esta situación se debe modificar la Constitución Política del Estado, de lo contrario no se tendrán nuevas iniciativas privadas.
Punto de vista
Héctor Córdova Investigador de Jubileo
“Hay que entrar a la metalurgia”
El sector minero es muy importante para la economía boliviana, pero en los últimos años la renta minera no significa más del 9% del valor de los metales exportados como minerales.
San Cristóbal es la empresa minera más grande del país, sus obligaciones tributarias en regalías e impuestos son importantes. Dependiendo de la cotización internacional de los metales, los montos de estos pagos que realiza al Estado por la extracción de nuestras riquezas no renovables pueden ser una parte muy importante de las inversiones departamental y nacional.
Potosí, el departamento minero más grande del país, recibe como compensación por la extracción de los minerales alrededor de 100 millones de dólares por año. La mayor parte de este monto lo paga San Cristóbal. Este año, las paralizaciones de operaciones de casi todos los operadores mineros han afectado significativamente a las regalías que debía recibir el departamento.
Pero las empresas mineras no sólo aportan regalías e impuestos. Hay un efecto multiplicador que se ve afectado, particularmente en la región, pero que se extiende a todos los proveedores de insumos de la gran minería.
Por ejemplo, si bien San Cristóbal, a diferencia de otros consumidores de combustible, importa el que utiliza y, por tanto, no recibe la subvención del Estado en este rubro; pero hay transportistas que movilizan cisternas para traer el diésel al país y su economía también ha sido afectada.
La única forma de evitar ser afectados por las cotizaciones internacionales de los metales es agregándoles valor. Eso quiere decir, superar la minería, entrar a la metalurgia y, mejor todavía, industrializar los metales, que también implica fabricar insumos para las actividades mineras (reactivos, equipos y repuestos).
FUENTE Página Siete
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