Grave disyuntiva en el complejo Vinto: Producir para pagar y sostener la minería

Como se vea el caso, hay un serio problema y una alternativa de urgente solución en sus extremos, ante la vigencia de muy delicadas condiciones para mantener la operabilidad de la fundición, sin caer en el riesgo de una obligada paralización, posiblemente parcial, hasta que se aplique la propuesta de “reingeniería operativa”.


Algunas versiones daban cuenta – meses atrás – de una excelente posición económica de la Fundición de Vinto – Oruro, según el gerente de muchos años del complejo, ponderando la “ubicación mundial” de la empresa, por lo mismo en una situación creíble de bonanza y seguridad financiera, que permitía considerar a esa empresa estatal, posiblemente como la “más segura y efectivamente rendidora”, conceptos que cayeron a nivel de piso, al producirse un cambio de administración que abrió otras puertas, las que se mantenían “celosamente cerradas” y escondían una realidad sumamente crítica, con una millonaria deuda y pocas posibilidades de pagarla con recursos en “flujo de caja”, según explicaron nuevas autoridades que asumieron la administración de la fundidora estatal, que consume la mayor cantidad del estaño producido en el país, por empresas del Estado, la minería chica y la cooperativizada.

Bajo esa condición de “excelente administración”, que se mantenía como ejemplo de rendimiento en las empresas estatales, había otro nivel que no se alcanzó a cubrirlo como hubiera sido deseable en una “administración responsable”, quedando para los nuevos personeros jerárquicos, la sorpresiva realidad, con una elevada deuda de más de 40 millones de dólares…precisamente no pagada a los distritos proveedores de la materia prima para producir estaño metálico de alta calidad y seguro mercado externo.

Si bien no era desconocido el continuo atraso de la Fundición en el pago de sus obligaciones con los distritos proveedores, lo que no se sabía concretamente eran los montos millonarios que al no ser cancelados oportunamente ocasionaban serios problemas a los distritos mineros vendedores de estaño, hasta que el asunto alcanzó el punto más alto de la curva y se cayó la línea de paciencia y límite de espera.

Quiérase o no, existió una política especial en el anterior esquema gobernante, socapando la administración de la Fundición y controlando en el otro lado los reclamos persistentes de los distritos mineros por recuperar millonarias deudas que se fueron acumulando en varios meses. Nadie explica cuál es la causa real para el atraso en el pago de obligaciones, entendiendo que las cuentas con las empresas importadoras no son la causa del problema, por lo mismo algo estuvo fallando en el manejo de los recursos de la empresa fundidora.

Recientemente, al comenzar la semana en curso, trabajadores de la Empresa Metalúrgica de Vinto (EMV), se pronunciaron a través de sus dirigentes sindicales, mostrando preocupación por la situación vigente y anunciando la presentación de un proyecto al Gobierno, solicitando un préstamo de 40 millones de dólares, para cubrir de inmediato las deudas pendientes y evitar conflictos sociales en las minas y en la fundición.

No se explica en qué consiste el proyecto, los dirigentes metalurgistas aclaran que “no quieren un colchón a fondo perdido” y que esa cuenta será pagada al Estado en un determinado tiempo. Enfatizan que su interés es evitar problemas en las empresas mineras y en la fundición, lamentando que la situación actual es sumamente compleja. La posición del sector laboral metalurgista es en defensa de las fuentes de empleo y su estabilidad laboral.

Reingeniería en la EMV

Al comenzar la gestión del año presente, estrenando un nuevo equipo administrativo en la Fundición de Vinto, producto de los ajustes previstos en las principales empresas productivas nacionales, el Gobierno de Sucesión Constitucional, se impuso la renovación de “cuadros ejecutivos”, como aconteció en la Comibol, por una parte, pero además en la conducción de la Metalúrgica de Vinto.

Como un hecho sobresaliente en la misión de reestructurar la empresa, el flamante gerente general de la misma, propuso aplicar una “reingeniería operativa” para optimizar los procesos productivos, mejorando el desempeño de los hornos reductores (reverberos), que se encontraban parados. Esa propuesta ya revelaba problemas en el funcionamiento de la fundición y su rendimiento, por lo mismo se planteó rehabilitar cuatro hornos de tostación de concentrados, mantener un horno eléctrico en stand by y continuar con el funcionamiento del horno Ausmelt, considerado como la unidad técnica más importante de la empresa, pero que necesita un proceso de mantenimiento que debe cumplirse en la presente gestión.

Materia prima

El gran problema de la Fundición de Vinto es la provisión de materia prima, los concentrados que producen algunas minas estatales, otras de la minería chica y otra parte que provee las cooperativas mineras, en realidad existe una disposición que instruye la venta de toda la producción de estaño a la Fundición de Vinto, por lo mismo esa empresa tiene la seguridad de mantener cierto nivel de aprovisionamiento para su regular producción de lingotes y satisfacer la demanda de sectores industriales a nivel internacional.

En esa condición actualmente existen algunas dificultades, especialmente por la abultada deuda de la metalúrgica con los distritos de Huanuni y Colquiri, lo que dificulta una regular actividad productiva minera, la misma que ha disminuido además por la vigencia de ciertas restricciones emergentes del cuidado de la salud de los trabajadores ante la presencia del coronavirus.

El hecho es que hay problemas y por partida doble, las deudas y emergente de este hecho, la indecisión de nivel superior para solucionar ese problema con la única opción que sería cancelar lo que se debe. La otra que corresponde a una total reestructuración de la minería y metalurgia, empezando en el punto neurálgico que sería la Comibol, desde dónde deben emitirse las normativas más apropiadas para reencaminar, los planes de la minería y de la metalurgia como factores fundamentales del futuro desarrollo de la economía nacional.

Cuando se menciona a la Comibol, la situación parece complicarse en la intención de aplicar soluciones prácticas y operativas para que los dos rubros reencaminen sus funciones. La minería necesita de una fuerte inversión para encarar emprendimientos de renovación minera, que vayan reemplazando los cansados yacimientos “tradicionales”, que pese a variadas contingencias siguen siendo el sustento de la producción minera.

La estatal minera tiene que ver también y en una nueva dimensión la suerte de la metalurgia nacional, priorizando temporalmente el caso de Vinto, su deuda y fortalecimiento productivo, tratándose en realidad de la principal empresa exportadora de nuestra riqueza mineral, con valor agregado y a mercados internacionales con demanda permanente de lingotes de estaño.

El otro paso en materia metalúrgica deberá corresponder a consolidar el proceso de rehabilitación y producción en la fundición de Karachipampa, para obtener lingotes de plomo y plata, que aumentará el rubro de exportación de metales bolivianos que a vuelta del negocio, incrementarán las divisas que requiere el Tesoro Nacional, pero también Gobernación y municipios donde se produce la materia prima para exportarla con valor agregado, recuperando precios justos de nivel internacional.

La disyuntiva es concreta, producir para pagar y sostener el sistema minero metalúrgico nacional.

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