No hay visos para reactivar la minería departamental.
El departamento de Oruro, de haber sido por muchos años el principal distrito minero por excelencia y desde el que se dictaba y aplicaba la política sectorial del país, ha pasado al tercer puesto y en algún caso hasta el cuarto, al no haberse dispuesto por más de 10 años, ningún emprendimiento minero, pese a la existencia de información geológica sobre la existencia de importantes yacimientos mineros.
Al no haber condiciones apropiadas para inversiones ninguna empresa, ni nacional y menos internacional, se ha interesado en prospectar y explorar algunas opciones que pudieran ser sorpresivamente interesantes, pero que no saldrán a flote mientras no se las trabaje responsablemente. Algunas de las autoridades de minería saben que el negocio (minero) requiere de fuerte inversión y mucho tiempo de acción, antes de entrar en operación. Como ejemplo el caso de San Cristóbal en Potosí, tardó más de 10 años e invirtió varios millones de dólares, antes de convertirse en la principal mina del país.
La proporcionalidad puede ser distinta, aunque ciertos informes que circulan por la Gobernación señalaron optimistamente que entre los proyectos que han sido prospectados y están siendo explorados en Negrillos y Pacocagua en el municipio de Sabaya se estiman depósitos de plata y zinc, parecidos a los identificados en San Cristóbal de Potosí. El caso es que no hay confirmación técnica y geológica de esa posibilidad, por lo tanto, como manifestó el Gobernador de Oruro se trata de una "esperanza para devolverle a Oruro su condición de primer distrito minero del país". Se menciona que continúan los trabajos, pero el tiempo pasa y no hay adelantos significativos en una tarea que tendría que ser "super prioritaria", sabiendo de su importante reserva minera.
Para quienes observan el asunto con mayor seriedad y menos "exitismo", el problema es absolutamente financiero, se trata de un intento que corre con el mínimo porcentaje de regalías mineras que dispone la secretaría de minería y no hay ninguna inversión extraordinaria que provenga del ministerio de minería, tampoco de manera directa del Gobierno central. El estado de situación es claro, si no hay recursos económicos expresamente para inversión minera, con los recursos de "cuenta gotas" que se disponen en la actualidad, no habrá ningún emprendimiento que prospere y se vuelva rentable.
En cuanto a la minería estatal, en Oruro el distrito que continua produciendo concentrados de estaño es Huanuni, considerado en otro tiempo el distrito más importante del sector estatal hasta que una decisión expresamente política determinó la incorporación de más de 4 mil trabajadores a una planilla que se sostenía sin problema con poco más de mil trabajadores. Huanuni pasó a ser la mina con mayor personal no sólo en Bolivia, también entre los países mineros vecinos, caso de Chile y Perú. Esa situación ocasiono pérdidas a esa empresa, se redujeron los ingresos para el Gobierno y aún así el distrito sigue vigente, gracias al potencial de las reservas mineras del portentoso Posokoni, el cerro que guarda aún en sus entrañas una importante reserva, cuya cantidad no ha sido plenamente establecida, por lo mismo tampoco el tiempo de vida útil de la mina recargada de trabajadores y saqueada por los jucus.
Huanuni es el principal distrito proveedor de concentrados para la fundición de Vinto, que además compra algo de Colquiri, de distritos menores y de las cooperativas para fundir los lingotes de estaño que son el referente más importante del proceso industrial de nuestros minerales, dando valor agregado al metálico de amplio requerimiento en la industria mundial. Se sabe que la fundición tiene una deuda con Huanuni, la misma que está siendo cubierta paulatinamente, mientras la empresa minera como tal, todavía confronta una deuda con el Estado, que le facilitó fideicomisos para su sostenimiento.
Pese a una serie de contingencias, como el robo de minerales, la falta de funcionamiento de su nuevo ingenio, Lucianta; Huanuni sigue trabajando y lo hace con muchas limitaciones, debido a las fallas técnicas y administrativas que han retrasado la puesta en marcha del ingenio que permitirá, según algunos criterios optimistas, producir hasta 3.000 toneladas día, con lo que aumentará el retorno de utilidades que tanta falta le hacen.
Sin embargo, no todo se pinta "color rosa", pues hay ex dirigentes, trabajadores de Huanuni, un ex gerente y varios observadores que tienen dudas incluso sobre las posibilidades de aumentar el volumen de concentrados mientras no se activen planes de diversificación al interior del Posokoni, eso significaría que tampoco habría suficiente mineral para que funcione el ingenio, un círculo de información que da vueltas y que no se aclara formalmente, pese a que en el entorno actual de la administración minera, hay varias autoridades que hicieron su paso por diferentes cargos del sector, fueron parte del proceso de construcción del ingenio Lucianita y son parte ahora, de la estatal minera que no puede ser reestructurada para cambiar la dinámica minera, dirigida a la industrialización de nuestros minerales. La bulla persiste, pero sólo es ruido.
FUENTE Perspectiva Minera
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