Karachipampa millonaria fundición sin producción

La fundición de Karachipampa instalada en el departamento de Potosí, es el ejemplo de algunos proyectos que se lanzan sin pleno respaldo técnico, ni visión de su futura producción, además con millonaria inversión injustificable por muchos años, como sucede con el terrible complejo que por su demora en trabajar ha sido denominada como el "elefante blanco" de la metalurgia nacional.

La estructura de Karachipampa comenzó a ser instalada el año 1979 y el objetivo del proyecto era la fundición de plomo con contenidos de plata, concentrados que en ese tiempo se producían en el país a baja escala, hecho que ya representaba un primer error de apreciación, frente a la millonaria inversión que significó más de 200 millones de dólares, para pagar derechos de diseño y construcción a la empresa alemana Klockner que emplazó el horno Kivcet, se dice de tecnología rusa que no funcionó favorablemente en un corto periodo de prueba y no lo hizo hasta el 2010 en un primer intento de poner en marcha la pesada y antigua estructura, con gastos extraordinarios del actual Gobierno y la esperanza de que el "elefante blanco" comience a caminar.


Una opinión de técnicos especialistas coincidieron en señalar que los hornos de industria y tecnología rusa, no funcionarían, un factor determinante en este tiempo era la obsolescencia de esos equipos, que en la mirada de otro experto en la materia, se trataba de "un conjunto de fierros ordenadamente instalados, pero de dudosa utilidad". Pero la inversión ya hecha, quiérase o no, debería dar resultados y en ese intento se encargó a un equipo de técnicos bolivianos, asesorados por algunos extranjeros, chinos y soviéticos, se dieron a la tarea de remover las instalaciones y ponerlas en condiciones de productividad. 

El viejo horno Kivcet fue reacondicionado y funcionó, pero muy poco, fue encendido el 2013 y por fallas técnicas fue apagado, se hicieron otras inversiones y un año después en septiembre del 2014, funcionó un mes y en octubre del mismo año se produjo una falla de magnitud que obligó nuevamente a su paralización por otro largo periodo de inactividad. Se insistió en ponerlo en condiciones, más gastos, se logró una producción de lingotes de plomo-plata y por supuesto el hecho mostró que de funcionar correctamente, se estaría ampliando la producción de metálicos con valor agregado, lo que implica un beneficio para el país.

Sin embargo, hasta el presente, no hay una conformidad técnica que garantice su funcionamiento, lo poco que se sabe es que se realizan algunas pruebas, pero tal parece que el horno Kivcet, debe ser sustituido por otro de última generación. Mientras eso suceda, Karachipampa sigue siendo el elefante blanco de nuestra minería y metalurgia. Se asegura la provisión de plomo, procedente de mina San Cristóbal con lo que se garantizaría su funcionamiento, pero la parte técnica debe ser también garantizada.

FUENTE La Patria

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