TURISMO | EL PROCESO DE EXTRACCIÓN DE MINERALES, QUE CARACTERIZÓ DESDE SIEMPRE A POTOSÍ, PODRÁ APRECIARSE EN BREVE EN TODO UN COMPLEJO QUE LA INICIATIVA PRIVADA ESTÁ DESARROLLANDO EN PORCO, EL MUNICIPIO DONDE ESTÁN LAS MINAS MÁS ANTIGUAS DE BOLIVIA.
La minería no se limita a las minas. La actividad extractiva es un gigantesco proceso que comienza en la casa de cada uno de los mineros, prosigue en el campamento y continúa con el ingreso a los socavones donde, literalmente, existe otra vida. Tanta actividad humana no puede concentrarse en un solo espacio, como un museo, así que en Porco se ha desarrollado todo un complejo turístico en el que es posible observar el proceso de la minería casi por completo.
Porco es un pequeño municipio ubicado en la provincia Antonio Quijarro del Departamento de Potosí. Ni siquiera es la capital de provincia pero su importancia económica radica en sus yacimientos mineros, explotados incluso mucho antes que los del Cerro Rico.
Los historiadores han determinado que los minerales de Porco son explotados desde hace 700 años. La afirmación es aprovechada por el alcalde, Freddy Lugo, que incentiva sin dudar las iniciativas orientadas a promover el turismo hacia las que son, sin duda, las minas más antiguas de Bolivia.
Pero la que hasta ahora se muestra como la iniciativa más ambiciosa en ese rubro no proviene del sector gubernamental sino del privado, de una familia minera que se atreve a diversificar su actividad e incursionar en el turismo.
LA MINA
Pero lo que es vegetación en Aguas Calientes es reemplazado por rojizas montañas en Porco cuya altitud supera los 4.000 metros sobre el nivel del mar y está por encima de la altura promedio de la Villa Imperial. Y en lugar del complejo arqueológico de Machu Picchu, en las alturas están las minas más antiguas de Bolivia.
Allí, en las alturas dominadas por el viento, están las minas de Gonzalo Pizarro, el conquistador de Charcas, explotadas desde antes que Potosí existiera, y las minas que explota la Sociedad Minera Illapa S.A., heredera de lo que una vez fue la Compañía Minera del Sur (Comsur), la empresa emblema de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Allí, en el perímetro mismo que controla Illapa, está la mina San José, una tan antigua cuya explotación data de tiempos coloniales pero que actualmente es trabajada por Efraín Gutiérrez Saique.
Con el transcurso de los años, Efraín se consustanció con la mina que le dio lo suficiente para vivir. No la industrializó sino que la trabajó artesanalmente ayudado por su esposa, Lucinda Huanaco, quien; sin embargo, no se resignó a vivir solo de la minería así que se animó a abrir un alojamiento en Potosí, casi junto a la terminal de buses.
Pero la terminal se mudó así que fue preciso pensar en nuevos emprendimientos.
EL PROYECTO
El investigador Guillermo Cardona desarrolló un proyecto de turismo integral y paisajístico que fue presentado al matrimonio Gutiérrez Huanaco. Aunque la propuesta original requería de mayores recursos, dice que prefirió confiar en la familia minera ya que la burocracia del sector estatal hubiera retrasado su puesta en marcha.
Fue una buena decisión. El matrimonio Gutiérrez Huanaco invirtió lo que pudo y, así, comenzó a edificarse un complejo turístico en torno a la mina San José que, en poco tiempo, quedó lista para convertirse en el atractivo principal de un circuito que, al recorrerse, muestra casi todo el proceso de producción de minerales.
Con más de 10.000 habitantes, Porco mismo forma parte del complejo porque la visita comienza en el momento en el que los mineros salen de sus viviendas para dirigirse al campamento. El tour va con ellos hasta el ingreso al campamento de Illapa donde la seguridad es extrema. En el puesto de control se revisa si todos usan casco, botas y overol para el ingreso a la mina.
Y ahí está la diferencia con Potosí. En la Villa Imperial se puede ir a la zona del Calvario para subir hasta la mina junto a los mineros pero, como la ciudad y el Cerro Rico constituyen una unidad geográfica, lo que sigue es el ingreso a los socavones.
En Porco se recorre el campamento de Illapa a través de un camino que ofrece un inmejorable paisaje de la producción minera. Mientras avanza el vehículo, se puede ver no solo a los mineros interactuando sino buena parte de la producción de minerales. La observación se realiza desde la montaña, lo suficientemente lejos como para no correr riesgos y lo bastante cerca como para observar todo con nitidez. Es como mirar un hormiguero humano. Como atractivo adicional, en el camino se puede ver huayrachinas originales; es decir, los antiguos artilugios de fundición de minerales.
EL “TÍO”
En su ingreso, la mina San José no se diferencia en nada de las que existen a lo largo y ancho de las regiones mineras. Unos metros a la izquierda se construye un baño que pretende darle un toque diferente pero lo realmente atractivo está adentro.
La galería que ingresa a las entrañas del cerro de Porco no supera los dos metros de altura por dos metros de ancho. Así, parecería que faltará oxígeno pero la mina tiene suficiente aire, tanto que el clima de adentro es más bien frío.
En una caverna a pocos metros del ingreso está una cruz que representa al Tata Ckajchu, el Cristo de las minas. Cardona explica que la imagen fue realizada por un artista potosino sobre la base de imágenes barrocas.
En el recorrido por la mina se puede conocer el proceso de extracción de minerales anterior a la última industrialización; es decir, de manera casi artesanal. El guía es el propio Efraín que explica mejor debido a que es trabajador minero.
El recorrido y cambio de coloración de las vetas, la perforación, carguío y transporte de minerale, las velas de hielo que se forman por el congelamiento del agua que gotea… todo está allí, incluido el personaje más inquietante de la cultura minera, el “Tío”.
El de la mina San José fue hecho en fibra de vidrio y, según Cardona, el rostro se basa en la descripción que Oscar Wilde hace de la última etapa del retrato de Dorian Grey.
Con patas de cabra y enormes cuernos, este “Tío” está destinado a ser el principal atractivo de la mina porque, rodeado de roca rojiza, invita a las fotografías. Allí el turista podrá sentarse, fumar con el intimidante personaje y pedir que no desaparezca el mineral.
UNA MINA DIDÁCTICA
El complejo minero de Porco es impresionante pero tiene límites. Illapa, que puso varias condiciones para autorizar el ingreso a su campamento, tiene estrictas medidas de seguridad que prohíben el ingreso de niños a la mina.
Debido a ello, Cardona propuso reproducir una mina en un museo, uno que fue construido en Porco, en el mismo edificio donde funciona un café.
A los esposos Gutiérrez Huanaco les encantó la idea y también se pusieron manos a la obra. La mina artificial ya está y no es una maqueta sino una reproducción en tamaño natural. Allí pueden ingresar no solo niños sino adultos ya que el tamaño de las galerías lo permite. Es didáctico y totalmente seguro.
La reproducción toma en cuenta todos los detalles de la mina natural porque incluye al Tata Ckajchu y al “Tío”, aunque en tamaños reducidos.
Antes o después de visitar las minas, tanto la natural como la reproducida, los turistas podrán compartir en un café que se ha construido en el mismo edificio a guisa de museo integral. Su modelo es rústico y con paredes cubiertas de piedrecillas.
FUENTE Los Tiempos
FUENTE Los Tiempos
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